IMPINGMENT, (PINZAMIENTO SUBACROMIAL)
El tendón principal que permite levantar el brazo (tendón del supraespinoso) se desliza por un espacio relativamente reducido entre la cabeza del húmero y el acromion (hueso superior del hombro). Para que pueda realizar bien su importante función, el tendón está protegido por una bursa que facilita el deslizamiento y protege el tendón contra los impactos. Si el espacio es demasiado estrecho, la bursa se roza e inflama (bursitis) y el tendón puede quedar pinzado y dañado. A medida que la persona envejece, pueden formarse depósitos óseos en el acromion, lo que suele causar problemas. Se siente un dolor punzante al levantar el brazo. Esto se llama pinzamiento subacromial. La inflamación suele provocar un dolor debilitante durante la noche y un deterioro considerable de la calidad de vida. Las inyecciones, la fisioterapia y los métodos mínimamente invasivos se utilizan para tratar el dolor, eliminar las causas y restablecer la función del tendón permitiendo de nuevo un deslizamiento suave.
LESIONES EN LOS TENDONES
Los tendones son las conexiones entre los músculos y los huesos y, por tanto, actúan como portadores absolutos de carga. Si los tendones se dañan o se rompen parcial o totalmente por accidentes, pinzamientos o desgaste por uso, pierden su capacidad de funcionamiento. En el hombro, por ejemplo, una persona puede perder la capacidad de levantar el brazo rápidamente si el principal tendón responsable de ese movimiento se desprende parcial o incluso totalmente. La mayoría de las veces, esto va acompañado de un dolor inhibidor. Para reparar este daño y volver a unir el tendón puede bastar con una operación mínimamente invasiva. Gracias a la medicina moderna, esta artroscopia, como la llaman los médicos, permite a los cirujanos trabajar con aumentos microscópicos y cámaras, así como con herramientas sensibles y materiales de última generación, sin tener que hacer grandes incisiones. Se trata de trabajar sobre los huesos y los tendones. Tras la operación, los tendones y los músculos se curan y se restablece el funcionamiento.
FRACTURAS ÓSEAS
Los huesos son, en principio, algo elásticos. Cuando están sometidos a tensiones que superan su elasticidad natural, se fracturan. La reconstrucción anatómica suele ser necesaria para recuperar la plena funcionalidad, pero también porque los extremos rotos de un hueso deben volver a unirse para permitir la curación. De hecho, algunas fracturas no pueden curarse sin tratamiento médico. La cirugía mínimamente invasiva no tiene como objetivo principal los beneficios estéticos; su propósito principal es permitir que los pacientes de cualquier edad y nivel de condición física recuperen su funcionalidad y rendimiento lo antes posible. Los procedimientos mínimamente invasivos tienen también la ventaja de que los músculos permanecen unidos a los huesos y el resto de los tejidos permanecen intactos; a diferencia de la cirugía abierta, en la que hay que cortar tejidos para hacer espacio. Cuando se realizan operaciones mínimamente invasivas para las fracturas, las pequeñas incisiones permiten restablecer la posición del hueso sin que el tejido, los músculos, los ligamentos o la piel se vean afectados...
FRACTURAS ÓSEAS
En cuanto a la clavícula, la parte superior del brazo (húmero) y el omóplato (escápula), existen diversos procedimientos y materiales que deben elegirse para el tratamiento de cada fractura. La clasificación de la Fundación AO (grupo de trabajo para cuestiones de osteosíntesis) se utiliza en todo el mundo para diagnosticar las fracturas. Constituye una base importante para la toma de decisiones sobre si se debe operar y cómo. A veces las fracturas pueden producir astillas afiladas que pueden lesionar vasos o nervios si no se tratan correctamente. Si las fracturas se curan en una posición incorrecta, también pueden provocar la destrucción de las articulaciones (artrosis postraumática). Sin el tratamiento adecuado, los pacientes pueden sufrir, a largo plazo, dolor, limitación de la movilidad y una reducción significativa de la calidad de vida.
MOTOCICLISTAS, CICLISTAS DE MONTAÑA, CICLISTAS DE COMPETICIÓN
Los ciclistas y motociclistas son especialmente propensos a sufrir problemas en los hombros, aunque en un principio no lo parezca. Cuando se caen, los motoristas suelen fracturarse la parte superior de los brazos o las clavículas. En el impacto, el borde del casco de la moto golpea el hombro, ya que la columna cervical no puede sostener la cabeza a tal aceleración. Una caída desde un vehículo de dos ruedas suele provocar una luxación de la articulación acromioclavicular; esta lesión de los ligamentos de la articulación AC (clasificación de Tossy o Rockwood) se produce cuando se rompen los ligamentos que unen la clavícula y el omóplato. Pero incluso sin accidentes, la resistencia del viento ejerce una gran presión sobre los hombros...
MOTOCICLISTAS, CICLISTAS DE MONTAÑA, CICLISTAS DE COMPETICIÓN
incluso cuando se lleva ropa funcional adecuada. En los trayectos más largos, el hombro está constantemente en la misma posición: apenas se mueve, pero soporta tensión ya que el ciclista se apoya en la moto o bicicleta con fuerza variable. Incluso el simple hecho de sujetar el manillar sin estar apoyado puede provocar una irritación o incluso una inflamación de los "amortiguadores del hombro". La bursa se daña. La bursitis resultante suele provocar un dolor insoportable, sobre todo por la noche. La calidad de vida de la persona se ve gravemente comprometida, y no solamente el motociclismo, la bicicleta de montaña y el ciclismo dejan de ser divertidos.
HOMBROS DE LOS USUARIOS DE SILLAS DE RUEDAS
Mientras trabajaba en el Centro Alemán de Lesiones Medulares de Bad Wildungen y posteriormente, he aprendido mucho acerca de los usuarios de sillas de ruedas y de mis pacientes parapléjicos.
El hombro es la articulación crucial para la movilidad y la calidad de vida de los usuarios de sillas de ruedas. Cuando trato los hombros de los usuarios de sillas de ruedas, es como tratar los hombros de los atletas de alto rendimiento. Entrar y salir de la cama, entrar en el coche, desplazarse por la casa y el baño, interactuar con otras personas y, por supuesto, utilizar una bicicleta de mano: todas estas actividades exigen el máximo rendimiento de los hombros. Comprender y tratar a los parapléjicos requiere enfoques médicos especiales y a menudo innovadores. Todos necesitamos nuestros hombros, especialmente los usuarios de sillas de ruedas.
ARTROSIS, PÉRDIDA DE CARTÍLAGO
Como cualquier articulación, el hombro está dotado de lo que podría describirse como superficies de deslizamiento. Estas superficies cartilaginosas se encargan de que los movimientos sean suaves y casi sin fricción, y pueden resultar dañadas como consecuencia de lesiones tendinosas anteriores o de inestabilidad muscular tras fracturas óseas o accidentes. Si el cartílago se vuelve más fino, como los neumáticos usados o las suelas de los zapatos desgastadas, aumenta la fricción en la articulación. Con el roce de los huesos entre sí, cada movimiento acaba siendo doloroso. A diferencia de otros tipos de tejido, como los músculos, los tendones y los huesos, el cartílago no se regenera. Diversos tratamientos físicos e inyecciones suelen ofrecer una mejora considerable de los síntomas; en algunos casos, una articulación artificial (endoprótesis) es la mejor terapia para recuperar la movilidad y poner fin al dolor.
ENDOPRÓTESIS (ARTICULACIÓN ARTIFICIAL)
Una endoprótesis es una articulación artificial. Se eliminan las superficies articulares desgastadas y dolorosas y se implanta una sustitución de la superficie. En la práctica, las prótesis inversas de hombro dan buenos resultados, incluso después de una pérdida de tendones o tras operaciones anteriores. El material utilizado se adapta a las necesidades individuales de la persona y a condiciones como la intolerancia al níquel y la osteoporosis.
El objetivo de una nueva articulación es el restablecimiento de la libre movilidad sin dolor.